viernes, 13 de abril de 2012

Vizcaya: Pinchos y turismo con lluvia

Aprovechando nuestro instinto viajero y nuestro buen paladar, decidimos esta Semana Santa hacer un alto en el camino y escaparnos unos días a Bilbao. Creemos que es un destino que compagina muy bien dos grandes conceptos: Turismo y Gastronomía.

Esta vez nada de hoteles low cost, de vez en cuando hay que darse también un capricho! nuestra apuesta es el Hotel Melià Bilbao (Antes Sheraton). Si es un 5*, aunque nuestra visión de las estrellas es que hoy en día es una catalogación muy diversa, ambigua y sobretodo obsoleta. Hemos estado en hoteles de 3* que podrían ser 5* y viceversa. En fin, sigamos. El hotel en general puede decirse que muy bien, la ubicación no es exactamente céntrica pero Bilbao es una ciudad muy agradable de pasear, es pequeño, tienes metro, tranvía y autobuses. Además la zona del hotel es muy nueva, rodeada de unos fantásticos y agradables jardines y está a tan solo 2min del Museo del Guggenheim.





Una vez instalados, nuestro objetivo fue rápidamente ir hacia el Casco Viejo, al que no tardamos en llegar. No nos dimos cuenta que ya estábamos degustando excelentes pinchos con un Txacolí en la Plaza Grande. Está claro que había valido la pena tragarse casi 6 horas de coche. El problema es que los quieres probar todos....preguntas "y este de que es?"....y te contestan "Pues este lleva jamón, foie y miel"..."y este otro?"...."pues este es de bacalao"..y así todo el rato. Resulta que todos están mas buenos que el anterior, es una tortura, uno no queda nunca satisfecho. Apreciamos con atención que realmente los auténticos lugareños, más bien beben (Txacolí, Crianza, Cosechero, un mosto..) lo de comer es secundario, y si lo hacen se conforman con un pincho de tortilla y poco más. En cambio los turistas nos avalanzamos a las barras y queremos probarlo todo. Acostumbran a tener conversaciones muy animadas, y sobretodo estos días se habla de fútbol, ya que el Athletic está realizando un temporadón. La bandera Roji blanca decora todas las calles y bares de la ciudad. Gran afición !




Con la barriga llena y hasta arriba de pinchos, volvemos al hotel paseando junto a la ría del Nervión volteando Bilbao, es un paseo agradable. Llueve pero hasta parece que tiene encanto, Bilbao con lluvia es más auténtico. En general nos damos cuenta de que a la que nos alejamos del centro vemos poca gente y que todo está tranquilo. Finalmente y después de bajar la comida caminando, llegamos al hotel para descansar, al día siguiente tenemos todavía mucho por hacer !